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Pedro II
Esta difícil realidad determinó que el emperador decretase la
inmediata construcción de un parador caminero en un punto
intermedio del trayecto, con proyección a convertirse en futura
pascana de reposo real, y para ello se adquirió una hacienda
en la Serra dos Orgaos, entre Minas Gerais y Rio de Janeiro y
se dio inicio al proyecto, pero sucesos políticos posteriores
determinaron que Pedro I abdicara al cargo de emperador en
favor de su hijo, quien o cialmente lo sucedió en 1828 con el
nombre de Pedro II.
El nuevo soberano conocía aquel lugar porque su fresco clima era
muy apropiado para alejarse del tórrido verano carioca, y tomó
la decisión de mudar hacia allí en forma temporal a la capital
política del Brasil, ocupándola los meses estivales, en viaje que Palacio de cristal
desplazaba también a los ministros y altos dignatarios de su corte,
así cómo al cuerpo diplomático que lo acompañaba. Además,
viajaba personal de servicios, trabajadores de diferentes ramos que se establecieron en la villa, el museo de armas antiguas y
y piquetes militares de protección, lo que obligaba a facilitar
alojamiento y comestibles a esa movilización humana que llegaría el museo de la porcelana. También llegamos a la casa–museo
de Stefan Sweig, escritor austriaco, famoso por sus biografías,
a la villa, por lo que el emperador distribuyó lotes de terreno para
la edi cación de viviendas, o cinas, alojamientos, cuarteles y para novelas y un ameno libro sobre el Brasil, ingresamos asimismo
a la catedral Sao Pedro de Alcántara donde están los restos
congregaciones religiosas y futuros centros de estudios.
mortuorios de Pedro II y de su esposa que fueron traídos al Brasil.
Se invitó asimismo a colonos europeos, principalmente Al siguiente día visitamos algunos centros turísticos campestres
campesinos alemanes de Renania a establecerse en los
alrededores de la villa con el compromiso de sembrar vegetales del entorno de la ciudad y la planta de fabricación de la cerveza
Bohemia, la primera levantada en el país. Cabe destacar que por
comestibles propios del viejo continente, y construir sus casas
con los estilos arquitectónicos propios de sus países de origen, sus atractivos urbanos y rurales, así como por sus concurridos
coloquios intelectuales, Petrópolis fue durante las primeras
por lo que la villa fue per lándose como una típica ciudad
europea. décadas del siglo veinte algo así como una “Paris americana”, que
atrajo a numerosos artistas y literatos notorios de aquella época
Posteriormente, en 1888, después de un largo gobierno y también como Antoine de Saint-Exupery, escritor francés, autor del libro
por causas políticas, Pedro II a su vez, fue obligado a renunciar y de literatura infantil “El Principito” y la poetisa chilena Gabriela
exilarse en Europa donde falleció. Getulio Vargas que había asumido Mistral, Premio Nobel de Literatura que residió allí como Cónsul
la presidencia del país, decretó el n del sistema monárquico como de su país en el Brasil.
forma de gobierno del Brasil, implantando el gobierno republicano, Hoy Petrópolis debe estar algo triste por el daño sufrido a causa
disponiendo entre otras ordenanzas, que a la villa de verano de de la crisis climática que la golpeó duramente, pero hay la
los emperadores Braganza se le llamara o cialmente Petrópolis (la convicción de que en un futuro cercano esta evocadora ciudad
ciudad de los Pedros) y se adquiriera su palacio veraniego como un volverá a ser un balsámico balneario montañés para los cariocas
museo que recordaría la pasada época imperial.
y demás turistas del país, y un destino turístico de gran interés
para visitantes internacionales que arriben al Brasil.
Conociendo la ciudad
Fotografías: Maylin Falconí de Rocha
Inmediatamente después del desayuno quedé a las órdenes de
Maylin, quien contrató un carricoche jalado por un soñoliento
caballo que nos hizo un recorrido por la ciudad, no muy grande,
pues acoge alrededor de 300 mil habitantes y empezamos un city
tour que se inició con una visita al Palacio Imperial de los Braganza,
hoy Museo Imperial donde se guarda utensilios, muebles, pinturas
y adornos de la época que vivió el Brasil, durante los 66 años de
mandato de los emperadores Pedro I y Pedro II.
Después y a lo largo de las avenidas Ypiranga e Ida Koeler
pasamos por el palacete de la princesa María, para llegar al
Palacio de Cristal, edi cio que gracias a su especial acústica se
utiliza para conciertos de música clásica. Más adelante fuimos al
Museo de Cera que expone esculturas de las imágenes del Papa
Francisco y de Pedro II y su esposa.

Otros museos de sumo interés son el de la Fuerza Expedicionaria
Brasileña que participó en la 2da. Guerra Mundial, la casa-museo
de Santos Dumont, inventor y precursor de la aviación mundial;
además es interesante recorrer el museo de los primeros colonos
Carricoche para turistas
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